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Otrora el presidente de la SBYOPE, mi identidad actual es efímera y difícil de definir, inclusive para mí. He sido cegado por mi sed de sabiduría, y ahora pago por el soberbio deseo de tener el control absoluto del cuerpo humano.

sábado, 23 de octubre de 2010

Año 2021. 19 de Octubre.

Complejo de Laboratorios Zigma


Supremio Magisterio de Biotecnología
Sector de Biotecnología y Operaciones Especiales (SBYOPE)


01:47 a.m.
Heme aquí, en el tercer año consecutivo en el puesto que después de incansables esfuerzos y arduas pruebas logré obtener. Escribo estas líneas a la luz de la luna llena que se infiltra por la ventana panorámica de cristal zafiro de mi oficina, la cual parece más un museo que una oficina. Poseo una amplia variedad de aparatos e instrumental de la más alta tecnología, y los empleo en lugar de los adornos que otros suelen usar para su ambientación. Me hace sentir mucho más cómodo.
   Me siento pleno y realizado aquí. Este es mi mundo. La tecnología más avanzada de la Tierra yace instalada de una forma sumamente compleja y cuidadosa en los sesenta y cinco niveles de estructura metálica bajo mis pies. Dieciseismil hombre y mujeres brillantes trabajan agotadoramente día tras día en estas instalaciones, logrando avances en la ciencia que hasta cinco años atrás eran inimaginables. Estoy hablando, por supuesto, de la torre (o más bien, el rascacielos) que conforma el Sector de Biotecnología y Operaciones Especiales (SBYOPE) de los Laboratorios Zigma.
   Me llamo Ícaro Icetalon. Soy un hombre inteligente. En realidad bastante inteligente, lo suficiente para haber sido ascendido a Director del SBYOPE. La única autoridad por encima de mí en todo el Complejo Zigma es el equivalente a su cerebro: el Supremo Magisterio de Biotecnología, dirigido actualmente por el Dr. Maximilion Rhesus desde hace años. Él sabe, como casi todos aquí, que yo podría ejercer su cargo de forma mucho más eficaz y eficiente que él. El Cuartel General del Complejo Zigma me ha propuesto en varias ocasiones ser yo el mandatorio de todo este mundo. 
   ¿Por qué no he aceptado el cargo? Muy simple, tan sólo pon atención el nombre del organismo: Supremo Magisterio de Biotecnología. Es una unidad científica pero también administrativa, que controla absolutamente todo Zigma: logística, materiales, alimentos, servicios, empleos, sueldos, afiliaciones, etc. Emite todas las órdenes a todos sus diferentes componentes, el más importante de los cuales es, por supuesto, la SBYOPE.
   No. Nunca seré el Supremo Magistrado. Prefiero que el pobre Maximilion, quien cree ser el más erudito de todos nosotros, se hunda en su ingenuidad y pierda el tiempo en esas tareas que a mí no me competen para nada. El puede seguir observando todo desde su torre (la cual tiene noventa y nueve niveles), y puede dirigirlo todo, dirigirme incluso a mí y a mi Sector... pero nunca podrá realizar nada equivalente a la gran hazaña que he desarrollado cuidadosamente durante diez años y que hoy empieza a rendir fruto al fin.
   Zigma ha desarrollado muchas cosas trascendentales para la humanidad: la fecundación in vitro, la perfecta clonación humana, el trasplante de neuronas exitoso e incluso el desarrollo de células antineoplásicas que han erradicado un 66% de los cánceres hasta la fecha conocidos.
   Sobra decir que he participado en los proyectos recientes más complicados y que han rendido los mayores éxitos a Zigma. Mi último logro individual, el cual me concedió el Premio Nobel de la Ciencia 2018 y prácticamente también mi puesto actual, fue el descubrimiento del anticuerpo DOG, el cual desarrollé para erradicar la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico de la humanidad.
   Pero a nadie le he manifestado mi otro descubrimiento. Pues al mismo tiempo que descubrí el anticuerpo DOG logré aislar un componente activo, una molécula, una partícula tan insignificante que nadie hasta ahora la había visto siquiera. Esta partícula es minúscula incluso al lado de un átomo de hidrógeno, el más simple de la naturaleza. ¡Es más pequeña que el protón del átomo de hidrógeno!
   Hablo del quark. Anteriormente se había descrito un concepto de quark, pero yo ya no estoy hablando de un mero concepto, sino de la partícula misma. La he investigado en la oscuridad de mi laboratorio personal durante los últimos diez años, durante los cuales la he expuesto a todos los agentes físicos y químicos que influyen en nuestro organismo. Conozco todas sus virtudes y debilidades. Y he descubierto algo fascinante: este quark posee en su propia y minúscula esencia toda la información que distingue a cada especie viviente de las demás, pero en una forma que no es manifestable. No hablo del fenotipo ni el genotipo, sino de las habiliades únicas y especiales de estos seres vivos.
   Explicaré más de esto mañana. Por hoy, me voy a dormir.
  

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